Google rinde homenaje al Nobel que descubrió la vitamina C


Después de exitosos 'doodles' dedicados a las guitarras eléctricas del 'luthier' Les Paul o en recuerdo del carisma escénico del vocalista y compositor Freddie Mercury, el buscador Google ha decidido ahora rendir homenaje a una figura tan alejada de la cultura popular -y, de hecho, tan desconocida- como el médico húngaro Albert Szent-Györgyi.Aunque prácticamente olvidado en nuestros días, el doctor Szent-Györgyi realizó un hallazgo fundamental para el mundo de la primera mitad del siglo XX: logró aislar la vitamina C y extraerla en grandes cantidades a partir de pimientos. En vez de patentar el proceso, que había desarrollado junto a su equipo médico en Hungría, compartió muestras de vitamina C en cristales con todos los científicos que trabajaban en el problema y envió suministros a la Liga de Naciones para que se repartieran en las regiones donde aún había escorbuto (enfermedad causada por la ausencia de esta vitamina). 

Pocos meses antes, sin embargo, en abril de 1932, la revista 'Science' había publicado que un equipo de investigadores rival, ubicado en EEUU, había descubierto la vitamina C. En realidad, el director de este grupo fue avisado por un colaborador de Szent-Györgyi de que el doctor húngaro había aislado previamente una sustancia llamada ácido hexurónico o ácido ascórbico, que resultó ser en realidad la vitamina C y cuyo hallazgo se iba a publicar en 'Nature'. Ambos equipos reclamaron el mérito y se produjo una agria polémica que trascendería a la prensa.Finalmente, fue Szent-Györgyi quien recibiría en 1937 el premio Nobel en Fisiología y Medicina por este logro. En la conferencia que ofreció al recibir el galardón, el científico húngaro dejó claro cómo había realizado el descubrimiento de forma independiente a sus colegas americanos, pero prefirió pasar de puntillas sobre la polémica por los méritos del mismo e incidir, en cambio, en la utilidad de la vitamina para erradicar el escorbuto: "No deseo extenderme más sobre esta historia bien conocida, que se desarrolló de un modo dramático. Gracias a la colaboración internacional, en el espacio de tiempo increíblemente corto de dos años, la misteriosa vitamina C se ha convertido en un producto sintético y barato". 

Antes de los trabajos de Szent-Györgyi, se sabía que los cítricos combatían la enfermedad del escorbuto, pero no se había identificado y aislado el componente que provocaba este efecto, por lo que no podía sintetizarse y emplearse como un fármaco en países que aún sufrían este mal, como Noruega.Hoy, la vitamina C ha dejado de ser "misteriosa" y es uno de los elementos fundamentales de la dieta mediterránea, presente en naranjas y otras frutas como las que ha querido reflejar Google en su página de inicio, en recuerdo de la historia de Szent-Györgyi. El investigador médico habría cumplido hoy 118 años. Nacido en Budapest el 16 de septiembre de 1893, también realizó importantes estudios sobre el envejecimiento celular y el origen del cáncer, y fue conocido por su oposición al régimen nazi, del que logró escapar al convertirse en ciudadano suizo en la Segunda Guerra Mundial.En España, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha querido sumarse "al homenaje a la vitamina C" colgando en su cuenta en Twitter un enlace a una canción con este nombre de la banda alemana Can. La letra alude en un estilo psicodélico a un tema recurrente en el rock: una chica de buena familia que comienza a vivir "fuera de tono" y, consecuentemente, a perder su vitamina C, sustancia que ya es sinónimo en la cultura popular de salud, vitalidad y energía.

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