El satélite finaliza su viaje y cae en Canadá



Había una posibilidad entre 3.200 que alguno de los restos del Satélite de Investigación de la Atmósfera Superior (UARS por sus siglas en inglés) callera sobre alguna persona, y la improbabilidad se verificó. Nadie se vio afectado por la caída de los supuestos 26 trozos del aparato que se precipitó a tierra tras su desintegración, ni siquiera en la costa oeste de Canadá, donde testigos aseguraron haber presenciado el veloz descenso de algunas de las piezas, que se desparramaron en un área potencial de 800 kilómetros, la mayor parte de ellos sobre el Pacífico. 


El satélite pesaba originalmente 5.675 kilos y era del tamaño de un autobús, pero gran parte de él se deshizo en pequeñas partículas al aproximarse a la Tierra, y solo algunos trozos de mayor concentración de platino se abalanzaron como tales sobre la superficie terrestre.Al parecer, hubo impactos en Okotoks, cerca de Calgary, aunque las versiones de algunos vecinos, que llegaron a poner vídeos en YouTube, aún no habían sido corroboradas anoche por los científicos de la NASA. En todo caso, la agencia estadounidense del espacio recordó que esos restos pertenecen al Gobierno de Estados Unidos y no pueden ponerse a la venta, ni directamente ni a través de su subasta en eBay.


Gran expectación.
Fue una noche seguida por Twitter. «Podemos confirmar que el UARS ha caído», decía el «tweet» de un responsable de la NASA al filo de la medianoche en EE.UU. «Restos cayeron a la Tierra entre las 11.23 de la noche del viernes y las 1.09 de la madrugada del sábado», anunciaba, en referencia a un horario que en la España peninsular correspondía a una horquilla entre las 5.25 y las 7.09 de la mañana de ayer.Durante una serie de horas, diversos residentes de Hawai comunicaron por Twitter el avistamiento de restos luminosos que habían entrado en las partes más bajas de la atmósfera, a la velocidad de unos 28.000 kilómetros por hora. Uno de ellos, Robert Jeffcoat, aseguró a la CNN que había visto dos objetos volantes que dejaban largas estelas blancas en el cielo. «Era como cometas. 


Supongo que cayeron en el mar, por la dirección que estaban llevando».Al menos uno de los impactos se habría producido en el municipio canadiense de Okotoks, generado un cráter sobre el terreno. Allí varias personas grabaron un vídeo en el que, apenas perceptibles, se venían una luces descendiendo. «¡Ahí está! ¡Eso es!», decía uno de los presentes. «Absolutamente asombroso», añadía otra voz.Ante los rumores que habían circulado por internet de que las piezas podían contener material radioactivo, la NASA se vio obligada a aclarar que la recomendación de no tocar los restos del satélite se debía a que son afilados y pueden cortar. La advertencia de precaución también tenía la finalidad de impedir que los posibles hallazgos sean escondidos o vendidos. «No pueden venderse a coleccionistas ni a través de la página eBay», había indicado la NASA.

,



0 comentarios:

Publicar un comentario

Recibenos en tú E-Mail

---

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Bluehost Review