La mayor apuesta social de Google

El éxito en las redes sociales se les escabulle a las corporaciones tradicionales de la informática. Ni Microsoft, con sus servicios Live, ni Google, con Buzz y Wave, consiguieron la -por otro lado abrumadora- popularidad de Facebook y Twitter. El porqué, me temo, es de una enorme complejidad. Tanto que no han alcanzado hasta ahora los no menos apabullantes recursos de los gigantes de Internet para encontrarle la vuelta. Tanto es así que, de hecho, ya hay un nuevo gigante, Facebook, nacido de la rama social que previeron Amazon y eBay casi más de 15 años y que hoy tiñe por completo la realidad de la Red.

Pero Facebook todavía debe probarse en el impiadoso ecosistema de la Bolsa de Valores y, además, asegurarse de continuar en la cresta de la ola. Por ahora, su crecimiento en los países que impulsaron su ascenso está desacelerándose. Según Los Angeles Times ( http://articles.latimes.com/2011/jun/14/business/la-fi-facebook-20110614 ) Facebook perdió 6 millones de usuarios norteamericanos sólo en mayo, y su crecimiento se está dando sobre todo en los países donde la adopción del servicio fue más tardía.

No porque sí Google ha vuelto a la carga y en estos días supimos que esa red social cuya existencia tantas veces habían negado entraba en etapa de prueba. Recibí una invitación de la misma Google el martes a la noche, sumé algunos amigos y colegas y me puse a ver cómo se sentía esta experiencia. Debo aclarar que es un servicio en etapa de desarrollo y por lo tanto lo que sigue no cuenta como una reseña, muy a pesar de que mi primera impresión fue bastante buena. Sobre todo en el tema velocidad; no se me quita de la cabeza que fue la lentitud la que mató a Wave, y no sus características; era una excelente idea.

Como la red social de Google, llamada Google+ (o G+, para abreviar), es muy nueva y el tiempo hasta el cierre fue escaso les he pedido a mis colegas Ricardo Sametband ( @rsametband ) y Pablo Fernández ( @fernandezpm ) que contribuyeran con sus propias primeras impresiones a esta columna, como sigue:

Pablo: "La primera sensación al entrar a Google+ es que, aunque la empresa aclara que se trata de un producto a prueba, es el servicio social más acabado que ha presentado la empresa, si uno tiene como referencia Buzz y Wave. El canal de mensajes, Stream, en inglés, Novedades, en español, muy similar al de Facebook y un poco menos al de Twitter, es en definitiva una caja donde ingresar el texto o links a material multimedia (la integración con YouTube funciona muy bien, por ejemplo), a la que se le suman debajo los mensajes recibidos como si se tratase de una catarata de información. Allí juega un rol clave Sparks, una función que agrega información que -Google+ supone- resulta interesante para ese usuario.

"Fuera de eso los parecidos comienzan a ser más difusos con los servicios conocidos. Posiblemente, la función más utilizada en los primeros minutos sea Círculos, donde se agrupan los contactos de la red (por ahora pocos ya que Google+ está cerrado) bajo el paraguas que uno desee, puede ser el predeterminado Amigos o un círculo hecho a medida como Cena de los jueves. Esta posibilidad existe en Facebook, bajo el nombre listas, pero en Google+ está mejor resuelta. Esa usabilidad e interfaz mejorada frente a sus antecesores es bienvenida, sólo resta saber cómo pronunciar el nombre del producto."

Ricardo: "Cuando uso Google+ pienso en cinco cosas. Uno, en qué tan característicamente Google es la interfaz minimalista, cuadrada y plana. Dos, en que eso de los círculos de amigos, familiares, conocidos y demás me hace pensar en el Círculo de Confianza de la película Los Fockers: la familia de mi novio. Tres, que esa organización en círculos es excelente, porque sirve no sólo para determinar con quién compartimos cosas, sino de quién vemos cosas (al estilo de las listas de Twitter). Cuatro, en que Google+ está muy bien. Tiene un diseño muy inteligente, muy flexible, tomando lo más útil de otras redes sociales. Cinco, que aun así la ley de Metcalfe sigue en pie, y que Google+ sólo valdrá la pena si la compañía logra un volumen de usuarios notable. De lo contrario, seguirá el camino de Buzz, que no está mal, pero que no pudo seguirle el ritmo a Twitter".
Colosal colisión

Por mi parte, aunque su nombre (Google+) no refleja mucha creatividad, la primera sensación que me causó, y a la que en general le presto más atención, fue muy buena. ¿Se parece a Facebook? Sí, claro, y esa es la idea. Con casi 700 millones de personas que conocen la lógica, la interfaz y la dinámica de esa red social, hubiera sido poco inteligente que eligieran innovar. No obstante, hay innovación.

Me parecieron saludables los círculos, aunque, como casi de inmediato señaló Ricardo Sametband, a uno lo hagan pensar en el paranoico personaje que Robert De Niro encarna en Los Fockers: la familia de mi novio. No obstante, creo que sincera y despeja una situación bastante complicada que se da en Facebook, en la que todos somos amigos. Ya sabemos que no es así, así que echamos mano de las listas y todo eso; si tenemos tiempo, que no es mi caso. Pero las listas son complicadas y sirven sobre todo para determinar quién ve qué, además de que no están en el carozo del motor de Facebook. Google+, en cambio, pone muy en primer plano el círculo en el que queremos agregar a una persona, de hecho es obligatorio, y los círculos permiten más fácilmente, un poco al estilo de las listas de Twitter, filtrar el incesante flujo de información de Novedades.

De forma predeterminada los círculos son Amigos, Familia, Personas conocidas y Siguiendo; este último echa un lazo también está emparentado con la jerga -y hasta cierto punto con la práctica- tuitera; es un acierto, en principio.

Una función que me intrigaba y probé bastante es Hangout, que permite videoconferencia entre varias personas. Funciona muy bien, incluso sin tener mucho hardware, lo que me asombró. La primera prueba la hice con otras dos personas (3 en total) en mi netbook, que, como todas las máquinas de su clase, es bastante limitada en hardware. Funcionó a la perfección. En la segunda prueba éramos entre cinco y seis, y ahora con un Core 2 Duo, también marchó sin inconvenientes. Así que, puesto a encontrarle valor agregado respecto de Facebook, Hangout es de lo más destacado.

En rigor, Google+ es una suerte de amasijo de varios otros servicios de la empresa. Cuando chateamos con contactos en esta red social, por ejemplo, usa el mensajero Gtalk; tanto es así que, en caso de que tengamos Gmail abierto, aparecerán dos ventanas del mensajero, lo que resulta bastante irritante. Es uno de esos detalles, menor en este caso, que suelen aparecer en los proyectos que todavía están en período de prueba.

El mayor riesgo que corre Google con su nueva red social es presumir de ser más inteligentes que Facebook, o más inteligentes en general, algo que es bastante común percibir en estas corporaciones que ponen su mejor esfuerzo en contratar a los más brillantes.

Esta actitud se nota rápidamente y es un tobogán hacia el fracaso. Con todo y que no soy fanático de Facebook, le concedo que es bien simple de entender, no requiere ninguna explicación, no hace falta ser el más inteligente de la cuadra.

Pero hay otra cosa. Si algo va a contramano de las redes sociales es el elitismo, no por románticas razones de justicia e igualdad. En absoluto. Sino porque importa muy poco cuán inteligente sea cada uno; lo que cuenta aquí es la inteligencia colectiva.

El no ver esto creo que es el gran talón de Aquiles de Google y Microsoft al momento de entrar en el negocio de las redes sociales. En Google+ no está ausente el tufillo a superioridad. Veremos qué ocurre cuando se sume más público, sobre todo el que adora Facebook.

No obstante, en total, la red social de Google despertó mucho interés y tuvo un buen comienzo; recibí más de 300 pedidos de invitaciones en sólo dos días. Las envié prolijamente, desde luego, aunque no todos pudieron ingresar al servicio. Para cuando leas esto dicha situación casi seguramente habrá cambiado de nuevo.

Queda, por cierto, la duda de si todavía está abierta la ventana de oportunidad para una nueva red social. Aunque venga de la mano de Google.

El riesgo no es menor para el gigante de las búsquedas. Sería gravísimo que perdiera su primera gran batalla contra Facebook. Pero no es menos cierto que la única opción que tiene es salir a pelearla, y que no ahorró en gastos a la hora de subirse al cuadrilátero.

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